Sunday, May 31, 2009

No puedo dejar de insistir en la renovación diaria y continua de nuestra confianza en Dios. Ella es el motor y la gasolina para nuestras demostraciones. Tan solo eso, CONFIANZA, es suficiente para dejar hacer a la Acción de Dios y, si esta CONFIANZA es consciente, los resultados no se hacen esperar.
En la historia diaria hay infinitos ejemplos de esta realidad. La vida de los grandes hombres sabios también los tiene por cantidades. La Biblia está plagada de ellos. A continuación recojo una dramática historia narrada en la Biblia (Daniel, 3) y recogida por Emmet Fox en su libro de meditaciones diarias Un año con Emmet Fox (divulgado gratuitamente en el portal www.edaddorada.net), a saber:

Cuando Nabucodonosor proclamó su decreto de que todo el mundo en su reino debería hincarse y adorar a la imagen de oro que había erigido, hubo tres hombres que rehusaron obedecer. Se trataba de Sadrac, Mesac y Abed-nego, oficiales hebreos en la provincia de Babilonia.

Nabucodonosor los citó a su presencia, y de forma directa le dijeron al rey que su Dios los libraría del fuego ardiente al cual serían arrojados, pero aún si Dios no los libraba, ellos seguirían sirviéndole a Él y sólo a Él.

Nabuconodosor hizo que arrojaran a los tres hombres al horno ardiente, siendo tan intenso el calor que calcinó a los guardias que los arrojaron. Luego, al asomarse a ver a los tres fieles hebreos, Nabucodonosor se sorprendió al ver a un cuarto hombre caminando entre las llamas con los otros tres. Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron del horno ardiente sin mostrar herida ni quemadura alguna.

Así ocurre cuando nos aferramos a Dios y le damos todo el poder. El envía su mensajero para librarnos de nuestro horno de miedo y frustración. Es allí cuando sabemos que nada nos podrá perjudicar.
(El resaltado es nuestro)


Dios nos bendice y proteje en cada instante de nuestras vidas pero se hacen éstas evidentes a nosotros cuando depositamos nuestra confianza en El sin ninguna duda como lo hicieron Sadrac, Mesac y Abed-nego.

En momentos tan aparentemente inciertos como los que vive la humanidad en todos los órdenes, la única vía cierta que tiene el ser humano para protegerse y avanzar es ese tipo de confianza en Dios. Como he afirmado en otras oportunidades, este tipo de confianza en Dios genera de inmediato en nosotros paz interior. Sostener la confianza en Dios genera paz interior sostenida y es en esa serenidad donde se manifiesta sin trabas la acción de Dios porque nos armoniza con el Universo.

Es a esa confianza a la que se refería Jesus cuando expresaba Tu fé te ha salvado.
Muchos preguntarán: Y cómo puedo hacerlo si yo oro y consigo llenar mi corazón y mi mente con Fe en Dios pero al instante siguiente me asaltan los pensamientos negativos llenandome de dudas?. Pues la fe, la confianza en Dios se debe ejercitar con persistencia tratando de mantenerla incólume a pesar de las circunstancias que se enfrenten. Y ocurrirá el mismo proceso como cuando los niños están aprendiendo a caminar. Al principio se caen al primer paso, luego logran dar dos pasos, tres hasta que salen disparados y son capaces de caminar por un largo espacio antes de caer de nuevo. Pero el niño cae y se levanta, vuelve a caer y se vuelve a levantar hasta que el acto de caminar queda grabado totalmente en el subconciente y entonces el caminar se convierte en un acto reflejo. Es el mismo proceso que debemos seguir para instalar en nuestro subconciente (disco duro) cualquier virtud o buen hábito... y la confianza en Dios es vital y primordial instalarla en nuestro subconciente para lograr entrar de lleno en nuestro ascenso evolutivo.

No comments:

Post a Comment