Saturday, October 2, 2010

Estoy solo? Me siento solo?

El ser humano nunca está solo. Siempre tiene la compañía de Dios que, además, la hace manifiesta de mil maneras.
El sentirse solo es una elección. Es decidir no aceptar la compañía Divina.
En soledad, estando conscientes de la Presencia Divina, suelen ocurrir las más fantásticas revelaciones personales, científicas, políticas, musicales, poéticas, etc.
El silencio es el mejor amigo del hombre.
En el silencio es posible detectar y deleitarse con y de la Presencia de la Vida que es Dios.
En la soledad también hay mucho ruido. El ruido lo proporciona nuestra inconsistencia mental y emocional.
Es posible conseguir lograr ese silencio encontrándose dentro del mayor bullicio.
La manera de hacerlo es enfocándonos en la Presencia de Dios en nosotros.
Deleitarse conscientemente de esa bendita Presencia es vivir en el Paraíso ahora mismo.
No es fácil lograrlo a la primera vez. Es cuestión de hacer el hábito y de fijarlo en nuestro subconsciente para que luego el acto sea automático. Es como el aprender a caminar: los niños gatean, luego se levantan, luego intentan dar un paso, se caen, se levantan y lo vuelven a intentar hasta que salen corriendo. Luego el caminar se transforma en un acto reflejo.
Por eso la gran tarea es:
• Conocer y aceptar la Presencia Divina en nosotros.
• intentar y practicar enfocarnos en Ella hasta lograr percibirla y hacerla nuestra, es decir, hacer un hábito del estar conscientes de Su Presencia.

Jesús solía decir “lo demás viene por añadidura”.