Thursday, March 31, 2011

La Voluntad de Dios

Estimado amigo, la Voluntad de Dios, Energía Divina o como quieras llamarle, es que seamos su expresión. Todo el Universo y en el Universo Lo expresa porque Él es el Universo.
Nuestro libre albedrio, don que nos fue dado dentro de ese Proyecto Divino que es la humanidad, es una herramienta que ha sido utilizada por nuestra mente para crear y hacernos creer la vana ilusión de que somos separados de todo y de todos en el Universo. Para “cumplir” la Voluntad Divina debemos acoplar nuestra voluntad a la de Él y hacerla Una con la Suya para poder permitir Su Expresión en nosotros.
No es fácil pero tampoco es imposible.
Para lograrlo, debemos:
1.- En primer lugar, comprender el concepto plenamente. El concepto lo grafica perfectamente el clásico ejemplo de la gota del océano. Ella aun cuando no es el océano, es océano. Contiene absolutamente todos los componentes y características del océano. Jesús lo dijo claramente: “sois dioses y por eso sois perfectos como mi Padre Celestial es Perfecto”. Lo que quiso expresar Jesús es que la perfección divina está contenida en nosotros.
2.- Una vez comprendido el concepto anterior, debemos establecer el compromiso de vida. Todas las cosas importantes en la vida requieren de un compromiso vital de nuestra parte. Ese compromiso es el que va a darnos la claridad mental y la fuerza de voluntad para establecer los hábitos de vida que necesitamos para lograr expresar la Voluntad Divina en nosotros. Eliminar malos hábitos y reemplazarlos por los correctos es el trabajo sine qua non que no podemos eludir si de verdad queremos lograr el cometido.
3.- La tercera es no permitir que las flaquezas nos debiliten el entusiasmo. Siempre pongo el símil del niño que está aprendiendo a caminar para explicar y facilitar la comprensión de cómo funcionan las cosas en la vida espiritual. Los errores que cometamos lo que hacen es fortalecernos si no permitimos dejar entrar el temor o dejarnos desfallecer en el intento. El niñito se cae cientos de veces antes de salir corriendo pero en ningún momento piensa en no volver a intentarlo; por el contrario, tras cada caída puede que llore pero va directo a intentarlo de nuevo.
Como conclusión, la única manera de expresar la Voluntad Divina es hacer los cambios que debemos hacer en nosotros mismos, ajustarnos y acoplarnos con Dios como uno solo para permitir que su Energía actúe según su diseño.
Los pasos adicionales posteriores nos son dados a conocer por iluminación. Así que eso no debe preocuparnos mucho. Poco a poco vamos entendiendo el lenguaje divino.